Solo se limitó a expresar “Esperamos que rápidamente puedan
convocar elecciones".
Dos días después de que se subvirtiera el orden democrático
en Bolivia con el pedido de renuncia de las Fuerzas Armadas al expresidente Evo
Morales, Mauricio Macri todavía no sabe cómo definir lo sucedido. Lejos de
hablar de “golpe de Estado” , el presidente argentino saliente se limitó a
decir que está “preocupado” por "lo que están viviendo los
bolivianos". “Quiero dejar en claro que repudiamos la violencia de
cualquier tipo y bajo cualquier circunstancia”, subrayó al encabezar en
el Museo Casa Rosada la apertura de la Jornada del Cuerpo de Abogados del
Estado.
Macri insistió en destacar al “diálogo como mecanismo de
salida”. Sin embargo, nada dijo de cómo las Fuerzas Armadas le “recomendaron”
su renuncia a Morales -en palabras de su canciller Jorge Faurie- ni explicó
por qué el presidente depuesto boliviano tuvo que refugiarse en México ante la
negativa argentina a recibirlo a él y a sus ministros. Simplemente habló de
“hechos que están viviendo nuestros hermanos bolivianos”, con los que
recordó une a los argentinos “una historia común”, y de “elecciones libres”.
“Las elecciones son la mejor manera de transparentar
la voluntad del pueblo boliviano y que sus mecainismos previstos en la
Constitución son los que van a permitir resolver esta cuestión”, se
contradijo. Por último, clarificó un poco más su opinión sobre el conflicto
desatado en el país andino: “estamos siguiendo de cerca el tema y
esperamos que rápidamente puedan convocar elecciones”, cerró.
PARA EL CANCILLER FAURIE, LAS FUERZAS "LE SUGIRIERON
RENUNCIAR" A MORALES.
Previamente, Faurie había asegurado que en Bolivia hay “una
grave crisis institucional” pero evitó hablar de “golpe de Estado” al
minimizar el papel que jugaron las Fuerzas Armadas en la renuncia de Morales.
Para Faurie, las fuerzas le “sugirieron” que renuncie, pero no existió
“una interacción”.
El canciller de Macri justificó el accionar de los militares
al hablar del supuesto “cuestionamiento social” que acaparaba el exmandatario.
Según el funcionario, eso "motivó las protestas y llevó a las
fuerzas policiales a acuartelarse para no reprimir, y a las Fuerzas Armadas a
declararse prescindentes", manifestando que "la situación tenía que
resolverla la clase política".
Según su apreciación, sólo existe un golpe de estado cuando
“alguien es sustituido arbitrariamente, violando la Constitución y usurpando el
poder”, algo que consideró no ocurrió en Bolivia. Su mirada difiere
diametralmente con la de su predecesora en la Cancillería, Susana Malcorra,
para quien “no es una cuestión debatible” que en el país hubo un golpe
contra la democracia.
"Hay tres elementos objetivos que hay que
evaluar. Primero, que se haya interrumpido el mandato de un presidente
democráticamente electo. El procedimiento por el que se interrumpió (el
mandato) no es el establecido constitucionalmente, es decir, a través del
Congreso", explicó la exfuncionaria al desmarcarse del gobierno.
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